miércoles, 23 de enero de 2013

CAMBIAMOS EL COLOR?


Es algo que todos nos preguntamos cuando pensamos en hacer cambios en nuestros interiores; hago cambios en el color?    Qué tonos debo usar para las paredes y para los tapices?    Hago uso de colores fuertes o me limito a los suaves?  Mezclo colores o no?   Estoy de acuerdo en que no es una opción fácil, sobre todo considerando que es una decisión con la que se vivirá por un buen tiempo.   En realidad es una cosa muy personal y dependerá del estilo y de la estética de la casa y por supuesto del  gusto de cada uno y de lo que se desea conseguir;  ya sea un ambiente relajado, o dramático, o balanceado. 

El uso de blancos, en sus diferentísimas opciones de tono y matiz, es siempre una opción segura y funciona  bien pues resalta las texturas y la luz natural de los ambientes.   Combinar diferentes blancos calientes o fríos, o mezclarlos entre ellos, resulta invariablemente en un look sofisticado y elegante.
Los colores neutros son los más versátiles pues permiten una infinita variedad de combinaciones y  como color de fondo resaltan muy eficazmente  el arte, el mobiliario y los objetos decorativos.   Los grises fríos como el acero, plata y grafito, o los marrones calientes como el chocolate y el caramelo, moca y cognac,  son todos ejemplos de maravillosos colores neutros.

Ya el uso de los colores primarios, es decir, el rojo, azul y amarillo y sus diferentes combinaciones, debe ser planeado con cuidado para que el resultado sea vivible y no estridente.   Pero ten siempre en mente que una buena dosis de color hará de tu casa una casa feliz pues el color es parte de la vida.   No le tengas miedo al naranja sobre todos los colores; el turquesa, el lima y la mezcla de rojo con chocolate son todos antídotos contra la depresión y la tristeza, una terapia!   Ya sea en paredes puntuales, o dosificados convenientemente a través de las telas y los objetos,  los colores primarios pueden convertir cualquier cuarto en un espacio cálido y muy especial.